Publicado originalmente el 12 de Octubre de 2015
Por William Padrón I @williampadron
Frank Sinatra decía: “Tienes que amar la vida, baby, porque morir es un coñazo“.
Si lo dice Frances hay que hacerle caso. Aunque haya dicho que el rock no iba a durar más de cinco años.. así reactivamos este blog.
¡Lo sé! Estaba abandonado. Mi último post daba a entender que moría en dos años. Esa suerte de nostalgia y melancolía paseando junto la inconformidad del ser que nos invade. Escribir en estado de desconcierto es un ejercicio momentáneo, eficaz para quienes se enfrentan a la maldición del papel en blanco. Una terapia unipersonal que satisface el ego emocional luego de que se comparte.
Resulta que Sinatra siempre ha tenido las canciones y las frases concretas en mis constantes búsquedas. Todo ese pasaje sombrío que quedó en el post anterior debía encontrar solución. En el fondo eran dos años de reencuentro y aceptación humana.
Hace poco más de un año y medio que me casé, cercano a la fecha de expiración de lo que pareció un momento de muerte. “El amor se esconde en los lugares más extraños” cantaba Jim Morrison en uno de esos tracks en vivo que me gusta oir. A mi esposa Francis la conocí en una reunión familiar. No fue de gira, ni en un bar, tampoco en un concierto, menos en un press junket o el lobby de un hotel como imaginaba en que sería una de esas locuras de viajero. Ella fue la elegida.
“Uno se casa con los valores que consigue en la otra persona” me dijo una vez mi primo, socio, abogado y padrino de bodas. El amor y el sexo caminan juntos, eso ni se cuestiona, pero son esos valores las que te conectan como pareja más allá de las adversidades. Mi esposa Francis le dio sentido y alegría a mi vida. Eso de “mi media naranja” no va con nosotros. Es como cortar por la mitad a dos personas, así que nos volvimos un equipo con la misma visión de futuro. Vemos el camino a recorrer como algo en lo que le invertimos nuestros sentimientos para hacernos felices.
La primera enseñanza matrimonial es aceptar lo que somos y ver hacia delante en conjunto. Este sencillo lema fue el comienzo de una nueva etapa. Hace falta vivir más tiempo para disfrutarlo.
He decidido reactivar este blog para escribir relatos, pensamientos y cuentos que voy desarrollando. Experiencias en backstage, fiestas, cenas, reuniones familiares, celebraciones, viajes, historias que puedan conectarse con quienes deciden leerme. Todo esto va de la mano con mis futuros textos, diferentes a mis artículos musicales pero, sin abandonar alguna canción en la escritura.
Después de que me casé mi percepción cambió un poco. Escribí mi primer libro Caramelos de Cianuro: La Carretera, empecé a estudiar fotografía y lo he disfrutado enormemente. Me reencontré con lo audiovisual, pronto saldrá mi primer largometraje, producido, escrito y dirigido por mi, un documental musical al que llamé Una Fábula Muy Trillada: La Violó, La Mató, La Picó…. 20 años después, sobre el disco de Dermis Tatú. Por esos días se editará mi segundo libro Sentimiento Muerto… A La hora Justa.
Decidí hacer ejercicios, alimentarme sanamente y mantener cierto equilibrio de vida. Un poco de Yoga que, parecía fácil, ayudó a lograrlo. Hay que ganar más años de vida para mantener la vitalidad física y emocional. Los escritores, músicos y artistas que más admiro y disfruto han vivido más de 80 años.
Toda esta reflexión vino luego de la superlativa satisfacción que me vino en el momento en que mi esposa me dio la oportuna noticia de que seremos padres.
Morirse es aburrido cuando tienes que contarle tantas historias a tus hijos.
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